«Estábamos tocando en Dublín durante la gira JTT y después fuimos a un after. Se supone que me iba a quedar en la casa de Bono, y ambos abandonamos la fiesta a las 5 y media de la mañana. Lo siguiente que supe es que mi teléfono estaba sonando y estaba en un lugar desconocido. Bono me estaba llamando, y me saludó diciendo ‘Oh, estás vivo! ¿Dónde andas?’. Yo le respondí: ‘Se supone que estoy en tu casa, pero no reconozco el lugar’. Resulta que estaba en la casa de huéspedes, en mitad de su jardín”, comentó Gallagher.
“Entonces Bono me dijo ‘Bueno, lo que importa es que estás vivo, así que ven, todos te están esperando’, y yo le pregunté: ‘¿Para qué?’. Él me dice: ‘Para el almuerzo que estoy haciendo en tu honor, ya llegaron 75 personas’. Yo le expliqué que me levanté recién de la cama, y él solo me dijo: ‘Mira, el presidente de Irlanda acaba de llegar y tú te sientas al lado suyo, así que apúrate’. Entonces me duché y me vestí. El almuerzo comenzó a las 3 de la tarde ¿Sabes a qué hora terminamos? A las 4 y cuarto de la mañana», agregó.
Al otro día, y después de la noche de juerga, el inglés pensó en tomarse un descanso pero que el propio Bono se lo impidió: «Hablé con mi tour manager, Neil, y le dije: ‘Me tienes que sacar de aquí, no puedo seguir haciendo esto. Me dijo que agarrara mis maletas y que me pasaría a buscar en un rato. Tengo que admitir que estaba a punto de darme a la fuga, estaba hecho un desastre», dijo.
«Sin embargo, cuando estaba disponiéndome a salir, fui atrapado por Bono, vestido con pijama, con dos cervezas bajo el brazo y escuchando ópera. Me dijo: ‘¿A dónde vas?’. Le expliqué que iba a viajar a París y me dijo ‘no, quédate, iremos en avión privado’. Entonces nos subimos al jet y seguimos tomando”, recordó.
“Esta es la parte de la historia que me mata. Después de muchos tragos, aterrizamos en París. Bono me dice ‘cuando el jet aterrice, tengo que atender algunos asuntos, así que nos vemos en el hotel’. Pensé ‘¡Genial!’. Apenas se distraiga me voy directo a rehabilitación. Esto es demasiado para mí. Llegué al hotel, y mientras estaba cambiando los canales de la TV, apareció Bono con el Primer Ministro de Francia hablando sobre África. Dije ‘¡Él no es un ser humano de verdad’. A la noche siguiente estábamos tocando en París y yo estaba en el escenario sudando Lager. Por supuesto, después viene él y cantó como si tuviese 24 años. Yo ya tuve suficiente», finalizó.
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