Netflix estrenó una serie belga que generó polémica por el tema que trata: la impunidad, la culpa y la justicia en un caso que resurge 30 años después

Entre la gran cantidad de películas y series, documentales y cortos que ofrece Netflix, llaman la atención las producciones extranjeras, por fuera del circuito hollywoodense. Como esta miniserie belga, que cautiva tanto por su profunda trama como por su excelente realización.

Dos Veranos relata, en sólo seis capítulos, la historia de un grupo de amigos que pasan unas vacaciones juntos en una isla. Y treinta años después, repiten la experiencia, pero comienzan a surgir los recuerdos y remordimientos que desentrañan una tremenda situación del pasado.

Durante las primeras vacaciones, en el año 1992, uno de los jóvenes muere en una isla de Francia, aparentemente por un accidente. En la actualidad los protagonistas, reunidos esta vez en Bélgica, quieren pasar unos días de relax y diversión. Pero el pasado vuelve misteriosamente a asomar con los sentimientos reprimidos que afloran y traen problemas, transformando un momento agradable en un encuentro incómodo y perturbador.

Alguien está tratando de desenterrar los crímenes olvidados, y el terror, el misterio y la desconfianza comienzan a invadir a los amigos, que ya no saben en quién confiar. Los mensajes anónimos y las fotos en los celulares intimidan a todos y nadie se atreve a comentarlo.

La serie de Netflix fue dirigida por Tom Lenarts y Brecht Van Hoenacker, está interpretada por Koen De Bouw, An Miller, Marieke Anthoni, Lukas Bulteel, Bjarne Devolver y Herwig Ilegems. Su formato, en sólo seis episodios de 45 minutos, hace que sea muy llevadera y permite verla en un fin de semana, o hasta maratonearla de un tirón en un solo día.

Los usuarios de Netflix la han recomendado en las redes sociales, donde admiten que no es un tema original, pero que está muy bien resuelto. “Los últimos dos capítulos, lo mejor”, dice un usuario en las reseñas. “No me pareció tan buena, pero si entretenida”, advirtió otro. “Lo único malo que tiene es las ganas que le dan a uno de tener una casa en la Costa Azul”, confiesa un tercero.