La música es, según dicen algunos, el arte de crear armonías en base a la combinación de diferentes sonidos producidos por los instrumentos musicales. Además, se convierte en una expresión del artista, lo que hace que forme parte de la cultura y el folklore de un país o de una región. Un pretexto que ha dado pie a la infografía elaborada por el casino online Betway sobre los acordes más famosos en cada nación latinoamericana.
Cuando hablamos de la música característica de un país, generalmente encontraremos varios géneros, pero, principalmente, mucha historia. Por eso, hoy estaremos hablando un poco de la música chilena, su pasado, sus variantes y su actualidad.
Comenzamos como casi siempre con la característica música prehispánica, que se da mucho antes del descubrimiento del continente, allá por el siglo XV. Los pueblos étnicos crearon una combinación particular de sonidos conocida como la música indígena chilena. Aunque, al día de hoy, sólo se conservan algunas nociones o fragmentos.
Es entonces que podemos hablar de los instrumentos musicales de la región específica, encontrados en excavaciones arqueológicas, con una gran variedad de artefactos que datan incluso a periodos anteriores a los incas.
Como en la mayoría de Latinoamérica, el desarrollo de la música tiene influencia de distintas culturas que la han enriquecido a través de los años, principalmente con influencias europeas que le dan ese toque, digamos, más actual, o por lo menos más reconocido.
Es así como nace la música popular, que, durante la colonia española, acompañó el proceso de identidad, con mayor predominancia por la iglesia católica y de las bandas militares. Los instrumentos, como podremos imaginar, solían ser castañuelas, clavicordio, violín, espineta, pandereta y guitarra, a los que luego se les sumó el arpa.
Los primeros pianos llegaron hasta entrando el siglo XIX, que tuvieron mucho que ver en el cambio radical que sufrió desde la música gregoriana clásica, hasta lo que se convirtió en algo mucho más identificable a su gente, que acompañó a la independencia del país.
Es por esto que las bandas militares son la característica musical de la patria vieja, como es conocido este periodo, escuchándose por primera vez de manera pública cuando se celebró el tratado de Lircay.
Es a partir de la formación de estas bandas, que estaban formadas por la mayoría de músicos extranjeros, que la música chilena comenzó a cambiar sus tipos, con el ya mencionado mestizaje de armonías.
Así es como nace lo que hoy podemos escuchar, y que a lo largo del tiempo se ha ido perfeccionando e internacionalizando, como un estandarte de esta cultura mezclada que, sin duda, es única.
Encontramos el Rock de Chile, la Fusión latinoamericana, el Hip Hop, el Pop, la folklórica de origen indígena, que se llega a combinar con la clásica y la de orquesta, con un resultado en sonidos riquísimo para disfrutar.
Podemos nombrar varios artistas destacados en todos los estilos, sobre todo la folklórica, que nunca falta en todo el país, como Margot Loyola, Nicanor Molinare, Los Huascos Quincheros y Los de Ramón.
Además, así como para Cuba es la Salsa, para Chile es la música Cuescas. Un género de danza de pareja de forma suelta o mixta donde los bailarines suelen llevar un pañuelo en la mano derecha para hacer formas de manera circular. Las vueltas y medias vueltas se interrumpen con diversidad de floreos, representando la conquista del hombre hacia la mujer, pero no siempre con un motivo amoroso.
Es desde toda esta historia que se ha venido desarrollando otro tipo de música, como la de protesta, la nueva música chilena, el rock, las cumbias, la música gaucha de chile, y algunas más, que mantienen el sello de mestizaje característico de este país, uno de los más diversos en culturas a través de sus regiones.
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