Así es, hemos llegado a esa parte del año que, por lo general, es nuestra favorita, empezando por halloween y las incontables fiestas que suelen darse en estas fechas.
Cuando se inició la pandemia, todos pensábamos que, a estas alturas del 2020, estaríamos de vuelta a nuestra vida normal; las salidas, las fiestas, los conciertos. Todo.
Sin embargo, todo indica que esta “nueva normalidad” seguirá rigiendo nuestras vidas por un largo rato, y los conciertos, las fiestas, las salidas, los cafés, todo tendrá que esperar.
Afortunadamente, la tecnología nos ha ayudado un poco a calmar las ansias y la incertidumbre provocadas por el encierro; los conciertos online, que cada vez son más, nos traen un poco de tranquilidad.
Y es justo en estas fechas cuando más necesitamos de algo que nos entretenga y nos lleve a otro estado de ánimo, y Sala Estelar ha vuelto a ser nuestro mejor aliado.
Halloweestream, 2020
Más que un aliado, Sala Estelar es ahora ese amigo que nos llama un miércoles en la noche para invitarnos a una fiesta para despejarnos o simplemente para pasar un buen rato.
Ayer no fue la excepción, pues estuvimos presentes en una gran fiesta de disfraces donde la música fue protagonista y nos alegró por un rato la noche del miércoles.
Si tuviste la chance de conectarte a Sala Estelar, te habrás enterado de los grandes sets que nos entregaron Charles Ans, Nunca Jamás, Castellano, Slim, Mad Marty + BCN y El Rey.
Aunque tuvo que vivirse desde casa, la verdad es que sí se sintió como una de esas típicas buenas fiestas de mitad de semana, que surgen de manera improvisada y nos ayudan a sobrellevar los días faltantes para el glorioso fin de semana.
Rap, disfraces, rock, guitarras y mucha actitud fue lo que predominó la noche de ayer, cortesía de nuestros buenos amigos de Sala Estelar que nos llevaron a una noche de halloween con buena música, y eso solo lo hacen los buenos ‘compas’.
Claro que, en los tiempos sin pandemia, una fiesta así habría sido épica, inolvidable, memorable, y solo faltó la felicidad y el bullicio de la gente para que eso sucediera.
Sin embargo, sí fue épica, sí fue memorable e inolvidable, justo como las fiestas que compartimos con nuestros amigos, y ayer Sala Estelar se convirtió en nuestro compa del alma.
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