Los tiempos actuales -los tiempos de pandemia y encierro- han servido, entre otras cosas, para, de alguna manera, echar una mirada hacia atrás. Volver, en cierto sentido, a nuestro punto de origen.
Regresando unos años atrás, en agosto del 2014, Porter presentaba Moctezuma, un disco en el que, a lo largo de ocho canciones, la banda narra la historia de la conquista de México.
Moctezuma fue también el inicio de una nueva etapa en el grupo, con un nuevo cantante y, a su vez, con un discurso sonoro y lírico distinto. De alguna manera, este álbum marcó el renacer de Porter.
Hoy, a casi siete años del lanzamiento de Moctezuma, la banda originaria de Guadalajara, Jalisco, se sigue consolidando como uno de los grupos alternativos más importantes de la escena.
Ayer por la noche, en un sábado más de una pandemia que no ha puesto en retrospectiva, Porter apareció en la pantalla de Sala Estelar para interpretar, de principio a fin, aquel material que editaron en 2014.
Fue un recital corto, con una hora de duración, aproximadamente, pero suficiente para olvidarnos, aunque sea por un momento, de los problemas y el estrés de todos los días.
En punto de las ocho de la noche, los primeros acordes de «Murciélago» comenzaron a sonar y partir de ahí dio inicio un viaje en el tiempo, uno necesario, hacia el pasado y con la música como compañera.
Poco a poco, una a una, las canciones de Moctezuma fueron desfilando como una voz interna, aquella que llega a nosotros para recordarnos la importancia del pasado, como un bálsamo de cara a nuestro presente.
«M Bosque», «Huitzil», «La China», marcaron el camino hasta llegar a «Tzunami» y «Palapa», casi cerca del final en una noche donde Porter ofreció una gran presentación a través de Sala Estelar.
Con el reloj marcando las 21:00 horas, Porter dio por terminada la celebración de Moctezuma a casi siete años de su lanzamiento, un disco, ahora, indispensable en la escena del rock nacional.
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