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Javier Bardem irrumpe por sorpresa en ‘Rock & Ríos’ para cantar ‘Bienvenidos’

El actor viajó desde Los Ángeles a Madrid para arropar al cantante, responsable de su amor por el rock gracias al primer concierto al que acudió con 14 años


“Con ustedes, Miguel Ríos”, dijo el bajista, Tato Gómez. Pero aquel cohete que irrumpió en el escenario del WiZink Center de Madrid no era el veterano rockero. Bueno, sí, parecía Miguel Ríos, pero el del primer Rock & Ríos, en 1982. Un tipo en vaqueros y cazadora de cuero, brincando, corriendo, agitando los brazos. Un calambre nervioso. Javier Bardem, desatado: “Buenas noches bienvenidos, hijos del rock and roll, os saludan los aliados de la noche”. El actor no figuraba dentro de la larga lista de invitados (Amaral, Vetusta Morla, Izal, Tequila, Rosendo Mercado, Víctor Manuel, Anni B Sweet…). Era la gran sorpresa del 40º aniversario de Rock & Ríos en su segundo y último día, después del llenazo del viernes y de otro “no hay billetes” de anoche. Bardem no cantó Bienvenidos. La bramó. Cuando ya llevaba un par de minutos desbocado apareció en el escenario Miguel Ríos, el gran protagonista de la noche. Faltaba la guinda para esta primera canción: al dúo se unió Lúa, hija de Miguel Ríos y también cantante, siempre alérgica a los focos, pero que esta vez, segura de lo importante de la cita, se dejó convencer por su padre. Los tres interpretaron un desmadrado Bienvenidos en un espectáculo de exaltación rockera que entusiasmó a 10.000 espectadores. La última canción que sonó, después de dos horas y media, fue precisamente Lúa Lúa Lúa, el tema que dedicó Miguel Ríos a su hija cuando esta era un bebé.

Para el actor fue un momento muy especial, ya que con un concierto de Miguel Ríos comenzó todo. Bardem tenía 14 años cuando asistió al primer recital de su vida. Era julio de 1983, en el campo del Rayo Vallecano. Sobre el escenario Miguel Ríos ejercía de rey de El rock de una noche de verano, la gira donde presentó el disco Rock & Ríos y en la que iba acompañado por Leño y Luz Casal. Lo contaba por teléfono a EL PAÍS Carlos Bardem, hermano de Javier: “La primera vez que fuimos a un concierto de rock mis tres hermanos (Javier, Mónica y yo) fue cuando nos llevó mi madre [Pilar Bardem] a ver El rock de una noche de verano. Fue una epifanía, nuestra magdalena de Proust, un momento muy especial de amor y diversión para la familia. Allí estuvimos pegando botes los cuatro, escuchando las canciones de Rock & Ríos”. Carlos tenía 20 años y Javier, 14. Su madre, buena amiga de Miguel Ríos, no paraba de pinchar el vinilo de Rock & Ríos en casa. Bienvenidos, Banzai, Blues del autobús… Se las sabían de memoria cuando llegó el día del concierto. “Me acuerdo que fuimos andando desde Vallecas a nuestra casa, un largo trecho, alucinados con lo que habíamos vivido. Resultó una noche muy especial, donde se transmitía mucha libertad”, apuntaba Carlos, que fue el responsable de inyectarle el rock a su hermano. “La primera canción que le fascinó fue Highway to Hell, de AC/DC, que se la puse cuando tenía 12 años y alucinó. También le llevé a ver a los Rolling”.

Javier Bardem (Madrid, 53 años) llegó a Madrid el sábado a las 12 de la mañana, se echó una pequeña siesta y se dirigió al WiZink Center para ensayar Bienvenidos. Venía de Los Ángeles, donde en breve empezará con la ajetreada vida social que se gesta siempre 15 días antes de los Oscar. El actor opta a su segunda estatuilla por la interpretación en la película Being the Ricardos en una ceremonia que se celebra el 27 de marzo. La primera la consiguió en 2008 por el papel en No es país para viejos. Ya durante el ensayo el actor se mostró eufórico. “Me vas a quitar el protagonismo, cabrón”, le dijo entre bromas Miguel Ríos (Granada, 77 años).

La labor del manager de Miguel Ríos, Manuel Notario, resultó fundamental para que el actor cantase anoche. “Javier quiso participar en el rodaje de un documental sobre Miguel Ríos y me acerqué a conocerlo”, apunta Notario. Fue en el legendario local La Vía Láctea, de Madrid. Allí estaban los directores Luis Mens y Luismi Fernández recogiendo testimonios para Cruce de caminos, una cinta sobre la figura de Ríos que se estrena el 20 de marzo, en el festival de Cine de Málaga. “Semanas después, cuando se planteó el concierto del 40 aniversario de Rock & Ríos, le llamé para ofrecerle participar”, apunta Notario. La idea era que cantase nada menos que Bienvenidos, esa pieza que Ríos compuso junto a Tato Gómez, “en la tarde más inspirada de mi carrera”, ha dicho el cantante. Bardem se mostró ilusionado, pero cauto. “Cantar Bienvenidos. Uf, eso es un sacrilegio. Le tengo mucho respeto. Me da apuro”, decía el actor. “Es la primera canción del espectáculo. Tú serás como el anfitrión. No te preocupes por lo demás”, le insistió Notario. Y aceptó.

El actor ya ha demostrado su pasión por el rock en otras ocasiones. Su amor por el heavy metal (es fan de Metallica y de Judas Priest) le llevó a participar en un vídeo de Obús en 2004. Estaba rodando con Alejandro Amenábar Mar adentro, pero hizo una escapada a Vallecas, a la discoteca metalera Excálibur, para caracterizarse de heavy (melena, pañuelo en la cabeza, cuero, cerveza Mahou…) en el vídeo de la canción Esta ronda la paga Obús. Además, uno de sus grupos preferidos es Pearl Jam, a los que ha visto varias veces tanto en España como en Los Ángeles, en ocasiones con su compañero Luis Tosar, otro gran aficionado rockero.

Pero Bardem no fue el más ovacionado de la noche en Rock & Ríos. Todo el WiZink Center se puso de pie y aplaudió a rabiar cuando apareció Rosendo Mercado casi al final del espectáculo para cantar junto a Miguel Ríos Maneras de vivir. Bardem también jaleaba la escena ya desde su localidad.

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