Desde el corazón de Buenos Aires, Argentina, como ellos mismos lo dijeron, la música de Airbag sonó fuerte, potente. Electrizante.
La cita era a las ocho de la noche, como suelen ser este tipo de eventos, y ahí estuvimos conectados muchos, en distintos puntos del planeta. La espera se hizo larga.
De repente, 20:20 horas, como si se tratase de algo planeado, inició el estallido con la banda como la única responsable y, eso sí, un sonido impecable. Airbag estaba de vuelta.

Más que un concierto -un recital-, fue como haber sido invitado a un ensayo de la banda, solo que con una gran iluminación y una energía desbordada. Hacia falta, era necesario escuchar a un grupo así.
Airbag, 2020
El sonido de los sintetizadores se mezclaron con las guitarras, parecía que estábamos ante el show de Skid Row o Poison, o alguna banda de ese corte, pero no, aquellos eran Airbag y cantaban en español.
De entrada, aparecieron “Über Puber” y “Dónde Vas”, como anticipando lo que se vendría después y, a decir verdad, algunos -me incluyo- no estábamos preparados.
Bastaron tres canciones para que, de inmediato, el show de Airbag nos sacara del trance, de la monotonía y la rutina que vivimos día a día en este mundo pandémico.

Pero anoche se trataba de celebrar que, pese a todo, seguimos aquí, viviendo el momento. Del otro lado de la pantalla había cinco sujetos haciendo un muy buen rock.
Guitarra, bajo, batería, sintetizador (y a veces piano) estaban totalmente alineados, conectados entre sí, y cada canción subía más la adrenalina.
Y si, “Perdido”, “Vivamos el Momento”, “Por Mil Noches” y “Encerrada en el Placard” no dejaron duda alguna de que la noche iba a más, aunque con un dejo de nostalgia.
Poco a poco se acercaba el final, el final de un show atípico, por un lado, pero lleno de guitarras, ruido y adrenalina, y eso es lo que más nos gusta, ¿o no?

”Noches de Abril”, “Bajos Instintos” y “Mi Sensación” anunciaron la desconexión después de un par de horas en donde hubo de todo, desde un rock saturado hasta el momento sereno haciendo una versión medio ‘argentinizada’ de “El Rey”, de José Alfredo Jiménez.
Como sucede en estos caso, lo único que hizo falta fue el público, el júbilo, los vítores, la energía desbordaba de los fans. Fuera de eso, el show terminó igual que como inició: electrizante.
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