La salida de Antonio Brown de Raiders de Oakland, a dos días de su primer juego de la Temporada 2019 de la NFL, causa controversia. El receptor, tuvo varios problemas, con Raiders, por indisciplina, llegaron a multarlo por mas de 225 mil dólares. El jugador estrella se adelantó y solicitó por medio de sus en redes sociales que Raiders lo liberara, pese que perdería un contrato de 30 millones de dólares.
Oaklan ya había tomado la decisión de dejar libre a Brown luego de que el receptor abierto protagonizara una pelea con el gerente general del equipo Mike Mayock. Horas mas tarde ante la incredulidad de muchos se anunciaba que Antonio Brown, firmaba un contrato por un año con los Patriotas de Nueva Inglaterra..
Entre la inconformidad de Antonio Brown fue directamente con la NFL, ya que no le permitirían jugar con su casco. El Schutt Air Advantage lo ha acompañado durante toda su carrera pero ahora está restringido gracias al nuevo reglamento de la liga. Su queja fue rechazada en dos ocasiones por la NFL y la paciencia se terminó en el equipo de Oakland. Finalmente, publicó un escrito en su cuenta de Instagram donde pedía que lo liberaran.
El receptor tiene una historia digna de admirar, Pasó de vivir en la calle a ser considerado una estrella del fútbol americano. Pero su carácter le ha traído problemas a lo largo de su carrera. Con los Steelers, desde 2010 fue un jugador que destacó por su agilidad. No fue hasta el 2018 que comenzaron los problemas en en el emparrillado, primero por estar inconforme con su coach en ese entonces, Mike Tolmin. Se reveló ante su equipo e incluso dejó de entrenar pese a ser de los mejores pagados en la institución.
El agente de Brown, Drew Rosenhaus, considera que su cliente se encuentra en plena fase de adaptación a su nuevo equipo y que tenía la confianza que al final todo iba a ser positivo, como había ocurrido en etapas anteriores de su brillante carrera profesional.
Finalmente, los Patriotas de Nueva Inglaterra, se hacen de los servicios del Receptor de 31 años al firmarlo por un año por 15 millones de dólares, una contratación que los señala como los grandes favoritos para retener el trofeo Vince Lombardi en sus vitrinas.