
Los integrantes de Nata , Gustavo, Kelo y Galo conversaron sobre su presente musical, el significado de tocar en vivo y el crecimiento colectivo e individual que han experimentado como banda. Con motivo de su próxima presentación en el décimo aniversario del Shamrock en Cuautitlán Izcalli, así como sus fechas posteriores en la Ciudad de México, compartieron la emoción de llegar a nuevos territorios con una propuesta potente y genuina de rock.
Para Galo, la música es un retorno constante a su origen emocional, una pasión que no puede abandonar y que sigue renovándose. Kelo relató cómo descubrió su vocación al encontrar el bajo a los 14 años, lo que definió su identidad musical y su camino de vida. Por su parte, Gustavo habló de cómo la música ha sido una constante personal y profesional, y la importancia de compartir el conocimiento adquirido con nuevas generaciones.
Además de su compromiso técnico, destacan la importancia del trabajo en equipo y la autocrítica constructiva. Cada miembro confía en los demás para recibir retroalimentación honesta, lo que eleva la calidad de su trabajo y les permite salir de sus zonas de confort. Para ellos, lograr un equilibrio entre lo pasional y lo técnico es clave, sin forzar estilos que no dominan, pero sí explorando lo que puede mejorar una canción desde el corazón y la experiencia.