Lleva más de 20 años circulando en la memoria de todos sus fans, una de esas canciones que llegan para marcarte desde la primera escucha. Es «Everlong», ese gran himno de los Foo Fighters.
La canción, una de las más importantes para su autor, Dave Grohl, forma parte del segundo álbum de Foo Fighters, The Colour and the Shape, considerado por muchos de sus fans como el mejor disco de la banda liderada por el ex batería de Nirvana.
The Colour and the Shape, lanzado en 1997, fue también el primer disco grabado como grupo; era la primera vez que, en conjunto, grababan material completamente nuevo bajo la producción de Gil Norton.
El resultado, tras unas sesiones complicadas, fue un álbum poderoso, guitarrero, lleno del espíritu grunge que todavía respiraba en esos años; un disco fundamental en la historia de los Foo Fighters.
Pero, además de todo eso, fue gracias a canciones como «Everlong», segundo sencillo desprendido de The Colour and the Shape, que el éxito para aquella nueva etapa de Dave Grohl llegó rápido.
Claro, de principio a fin, desde «Doll» hasta «New Way Home», The Colour and the Shape luce y suena como una obra completa, pero, si ha de sobresalir un tema de entre todos ese es «Everlong».
Hace unos días, Dave Grohl contó la historia de cómo surgió aquella canción, el himno más grande de los Foo Fighters:
«Estábamos en un estudio en las afueras de Seattle llamado ‘Bear Creek‘ o algo así. Fue en esta extraña casa, a las afueras de la ciudad, mientras estaba sentado en la cabina de aislamiento esperando a que sucediera algo, cuando llegó un acorde.
No soy un músico entrenado, así que no sé cuál es ese acorde. No puedo leer música, pero inmediatamente pensé «ohhh, esto suena a Sonic Youth«, una de mis bandas favoritas de todos los tiempos.
Así que continuamos grabando y, mientras tanto, mi relación terminó, y yo estaba en una situación muy difícil. Recuerdo que fue por Navidad, volví a mi casa, en Virginia, donde crecí, y en este punto la canción se había convertido en algo más.
Debido al lugar emocional en el que estaba, comencé a escribir la letra de esta canción. La canción empezó a juntarse y quería grabarla rápidamente para no olvidarla. Tenía un amigo llamado Jeff Turner en Washington DC, uno de mis viejos amigos del punk rock de los 80. Tenía un estudio al lado de un bar llamado The Black Cat. Grabé una pista de batería, dejé las guitarras y el bajo, y la canté en un micrófono por primera vez. Y parecía tener sentido.
La letra y la melodía, en el momento en el que estaba emocionalmente, todo tenía sentido. Y creo que eso es lo que deberían ser las canciones. Deben ser algo que, no solo el tono o la melodía o la dinámica del instrumental, sino también la letra, coincidan de una manera que represente cómo te sientes en ese momento.
Grabé la canción y se la llevé a los chicos. Recuerdo que la toqué para Thurston (Moore), de Sonic Youth, porque tenía mucho miedo de haberles robado una canción. Así que, le dije, ‘escucha este demo que acabo de hacer’. Él me respondió ‘¿por qué es un demo? ¿Por qué no está eso en el álbum? Entonces fuimos y lo regrabamos, y esa es la canción que escuchas en la radio hoy.
Nunca consideré que fuera acústica, siempre la pensé como una canción de rock. Creo que, quizás, la primera vez que la hicimos acústica fue en el programa de Howard Stern y a él le encantó. El show de Howard Stern es a las 6 de la mañana, lo que menos quieres es tocar un instrumento, pero me pidió que lo tocara acústicamente. Y así lo hice, y, de alguna manera, le dio a la canción un sentido completamente nuevo. Esto fue mucho después de su lanzamiento. Le dio a la canción una nueva vida. Porque creo que a veces, cuando lo hago de esta manera (acústicamente), se siente como siempre había deseado que se sintiera».
Acto seguido, acompañado, sí, de su guitarra acústica, entonó «Everlong», en medio de un escenario nostálgico. Míralo a continuación: