
Denominado “fotógrafo de la década” por The Guardian en 1989 gracias a su trabajo con renombrados artistas como Siouxsie Sioux, Queen, Kate Bush, Billy Idol, R.E.M., Iggy Pop, Echo & the Bunnymen y Depeche Mode, con quien destaca la portada de su álbum A Broken Frame que incluso figura en el libro de Life: Las
Mejores Fotografías del Mundo 1980-1990.
Aunque inicialmente buscaba convertirse en fotógrafo de moda, Griffin consiguió un trabajo en una revista de negocios y se enfocó en la fotografía de retratos.
Posteriormente, empezó a colaborar con Stiff Records, retratando a bandas como The Jam y Elvis Costello & The Attractions.
Citando a David Lynch como influencia en su fotografía, Griffin tenía un estilo denominado como “realismo capitalista”.
Las fotografías favoritas de Griffin provienen de los momentos más oscuros de su vida, como la muerte de su padre a causa de cáncer de pulmón, provocado por años de trabajo en una fábrica. Al comprender mejor los antecedentes del sujeto, como aprender sobre las malas condiciones laborales de los trabajadores industriales, sus fotografías se volvieron increíblemente realistas y vívidas.
Con una impresionante carrera que se expande hasta cinco décadas y cuyo trabajo ha aparecido en publicaciones como Esquire, Rolling Stone, The Sunday Times, The Sunday Telegraph y The Observer, además de tener su obra en las colecciones permanentes del Arts Council, el British Council, el Victoria and Albert Museum y la National Portrait Gallery de Londres.
Brian Griffin falleció en su sueño durante la noche del 29 de enero a la edad de 75 años, pero su indeleble marca en la historia de la música permanecerá por siempre.
por: Alondra Guadarrama