El sábado 14 de septiembre en Orizaba, Veracruz, fue un día destinado a volar alto, en más de un sentido. Bajo el lema «Únete, vuela y vive», el Festival Internacional Volare 2024 regresó en su cuarta edición, invitándonos a desconectar del mundo y dejarnos llevar por la música, los globos aerostáticos y las vibras perfectas para una jornada que prometía más de 10 horas de pura experiencia sensorial.
Desde el momento en que pisamos la Ciudad de los Deportes, el ambiente se sentía eléctrico. La energía juvenil y festiva flotaba en el aire, mezclada de fondo del punk y el metal mexicano que abireron brecha en este festival.
Una tarde para bailar y soñar
Chingadazo de Kung Fu sube al escenario con su punk vibrante, que resonaba en nuestros cuerpos como una descarga de adrenalina. Fue el arranque perfecto para calentar motores.
Yo Soy Matt se subió al escenario principal con un set relajado y a la vez contagioso, logrando que la audiencia no dejara de bailar. Justo cuando pensábamos que la energía no podía subir más, llegaron Los Choclok. Estos chicos no solo nos hicieron mover los pies, sino que llenaron el aire con su mezcla única de géneros, esos ritmos que tanto fascinan al público y que parecían unificar a todos los asistentes en un solo coro interminable. Cada canción traía más alegría y hacía crecer la multitud.
Elsa y el Mar: un respiro emocional
La tarde avanzaba y cuando Elsa y El Mar tomó el escenario, el festival se volvió más introspectivo. Su voz y letras nos transportaron a esos momentos de desamor, esos recuerdos dolorosos que, de alguna forma, sonaban hermosos bajo su interpretación. Pero lejos de dejarnos en ese mood melancólico, nos levantó el ánimo con una fortaleza emocional que hizo que todos nos sintiéramos imparables, listos para encarar cualquier desafío, con el autoestima en las nubes.
El clímax de la noche: DLD y Café Tacvba
Y justo cuando pensabas que no podía mejorar, la noche se encendió con la llegada de DLD, uno de los actos más esperados. Su repertorio fue tan bueno que dejó a todos con ganas de más, aunque agradecieron efusivamente al público, reconociendo la increíble vibra que reinaba en el festival.
Pero la verdadera joya de la noche fue sin duda Café Tacvba. Estos íconos de la música mexicana no solo cerraron el festival, sino que lo convirtieron en una experiencia que quedará marcada para siempre en la historia del Volare. Mientras la banda tocaba sus clásicos, los globos aerostáticos se elevaron, creando una escena mágica. Cada acorde, cada verso, era acompañado por la luz de los globos y las voces del público que no dejaba de cantar y bailar. Rubén Albarrán y compañía incluso se lanzaron a algunos pasos de baile que arrancaron ovaciones, ¡y claro que no dejamos de cantar ni un segundo!
El Festival Internacional Volare 2024 fue mucho más que un evento musical, fue una experiencia que nos hizo volar, tanto física como emocionalmente. Para los amantes de los festivales y la música en vivo, este día fue una celebración inolvidable. Si no estuviste, asegúrate de estar el próximo año, porque esto no es solo un festival… ¡es un viaje al cielo!