Créditos de la fotografía a Ocesa/Lulu Urdapilleta
Desde hace tres años, la artistas de Argentina Cazzu ha formado parte de las conversaciones de todo tipo y estilo. En cuestiones musicales (la que debe ser de mayor relevancia) estrenó en abril de este año Latinaje, un disco que visita, de forma sonora, los sonidos de la región de Latinoamérica y el Caribe; así como ver el viaje introspectivo de Julieta Emilia Cazzuchelli para entender su presente y recibirlo con el gran estilo que siempre la ha caracterizado.
La ocasión del 14 de octubre, Cazzu llegó por vez primera al Auditorio Nacional. Además de ser la primer artista de su país en llenar el “Coloso de Reforma” en tiempo récord, este concierto tuvo un toque especial por traer sus mejores éxitos y una puesta en escena preparada para crear recuerdos inolvidables.
“La primera vez que vinimos acá éramos mucho menos”, Cazzu
A las afueras del Auditorio Nacional la publicó se encontraba con una gran emoción que se podía notar con el brillo de las diademas de diablo y los varios clips grabados que formarán parte de varios blogs de Instagram y TikTok de las asistentes. Al entrar al recinto, la música argentina del tango y “El Cuarto de Tula” de Buena Vista Social Club ambientaron al respetable y lo metieron en ambiente para lo que iba a ver.
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Cuando el reloj marcó las 20:15 horas, el Auditorio Nacional bajó sus luces para dejar brillar las luces de las diademas. De estas mismas surgieron gritos de «Cazzu» y «Jefa» que dieron paso al comienzo del concierto dividido por cuatro actos que cuentan la novela de Latinaje, una novela que se actualiza EN ESTA ORACIÓN.
En el primer acto vimos el origen de «La Jefa» dentro del contexto de Latinaje. Una mujer líder de un grupo mafioso que fue pieza clave para concretar el robo. Las canciones que acompañaron esta parte del concierto fueron «Odiame», «Sobre mi Tumba», «Me Tocó Perder» y «Piénsame».
El segundo acto del concierto tuvo un cambio de escenografía a un bar donde «La Jefa» y su crew festejando el asalto a uno de los bancos más importantes. Pero todo se interrumpió con una redada de la policía, donde descubrieron al chivo expiatorio que fue interrogado por Cazzu. Los temas que sonaron durante esta parte fueron «Mala Suerte», «Engreído» y «Dolce», esta última canción siendo de las más festejadas de la noche.
La fusión de la «Nena Trampa» con el Latinaje de Cazzu
Hacía la mitad del concierto, Cazzu repasó sus primeros grandes éxitos de Trap. «Jefa», «Nena Trampa», «Mucha Data» y «Brinca» recibieron una nueva versión donde las revoluciones del sonido bajan, pero la intensidad sigue intacta. A estos temas, el público se adaptó de forma rápida para cantar a la par de la argentina.
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En el tercer acto, Cazzu estaba sola en el escenario con su agrupación de cuerdas y percusiones que siempre estuvo detrás de las escenografías de los primeros actos. En ese momento aprovechó para agradecer el cariño de la gente que pudo notar desde los outfits hasta en cómo cantaban las canciones. Con ello, Cazzu permitió la intimidad en el concierto y dio paso a un par de momentos memorables.
«La Cueva» permitió que se iluminara el Auditorio Nacional con las luces de los teléfonos del respetable. Pero fue con «Inti» (una canción con el nombre de su hija que Cazzu dedicó a las madres y los padres del lugar) que la fanaticada prendió el lugar de amarillo para demostrar que, así como Inti es el sol para Cazzu, la artista lo es para su gente.
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El rítmico y emocionante final del concierto de Cazzu en el Auditorio Nacional
Como regalo a la Ciudad de México, Cazzu covereo la canción «No me enseñaste» de Thalía. Para el final del concierto (y el último acto del show) subieron las emociones con «Peli-Culeo», «Nada» y «Tu y Tu». La cereza del pastel fue «Menú de Degustación», donde el Auditorio Nacional salió bailando con tanto ánimo y ganas de más. Esto como forma de agradecimiento a Cazzu por hacerles vivir una de las noches más especiales de su vida.
