
El músico tenía 50 años y luchaba contra la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
Martín Carrizo, baterista de notable trayectoria en el rock argentino, murió hoy por la madrugada a los 50 años tras batallar contra la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). El músico fue parte de la formación más recordada de A.N.I.M.A.L., de la primera banda solista de Gustavo Cerati y de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado del Indio Solari. Además, fue compositor y productor de las canciones de su hermana, la conductora Cecilia «Caramelito» Carrizo, quien confirmó la noticia en su cuenta de Instagram. «Le hicieron muy bien cada día. Infinitas gracias. Su amor, su sonrisa, su música queda en nosotrxs para siempre», dijo.
«Es como un hijo mío o un hermano menor, porque lo conozco desde muy chiquito. Ha sido el mejor baterista que hubo acá, en la Argentina, lejos», fue el elogio que el Indio Solari le hizo a Martín Carrizo en una entrevista radial. «Y, de pronto, tiene un currículum que es interesante, porque tocó con A.N.I.M.A.L., que fue un grupo top del heavy, después tocó con Cerati y conmigo que, aunque yo no me jacte de ello, también es una importante banda. Así que se ha dado el gusto de tocar quizá con los mejores. Quizá no con los próceres, pero sí con los mejores».
Carrizo fue parte de A.N.I.M.A.L. hasta 1997, y grabó con el trío los discos Fin de un mundo enfermo y El nuevo camino del hombre. Tras su alejamiento, se unió a Walter Giardino en Temple, proyecto paralelo del líder de Rata Blanca, y luego fue convocado por Gustavo Cerati para la grabación y presentación del disco Bocanada.
El derrotero del baterista siguió con su banda Pression, su participación como productor en el tercer disco de Abel Pintos, Cosas del corazón (2000), y un regreso transitorio a A.N.I.M.A.L. Tras la disolución de la banda en 2007, pasó a formar parte del grupo del Indio Solari, con quien grabó los discos Porco Rex, El perfume de la tempestad, Pajaritos, bravos muchachitos y El ruiseñor, el amor y la muerte.
La enfermedad neurodegenerativa que padeció Martín Carrizo afecta la capacidad de controlar los músculos del cuerpo. Por eso, la familia del baterista y productor había iniciado una campaña para que él pudiera continuar su tratamiento médico en Estados Unidos. «Cuando pase esta tormenta mi máximo anhelo es volver a tocar la batería», le había dicho a Infobae. «Pero no voy a dejar pasar ni un día sin disfrutar y agradecer cada pequeña cosa, como un abrazo de oso a mis cachorros, y una sonrisa cómplice, el jugar un partido de fútbol con amigos, el ver una buena película, agarrar una escoba y barrer… Yo siempre todo lo hice con alegría, consciente y disfrutándolo pero esta vez lo voy a hacer todo más consciente, y lo voy a disfrutar aún más…»
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