
Proveer de una imagen con la mayor fidelidad posible ha sido una prioridad para los fabricantes de televisores desde sus inicios. Gracias a la miniaturización de los componentes se ha podido proveer de nuevas aplicaciones tecnológicas que permitan alcanzar mayores tamaños de pantalla, con presentaciones ultraligeras, estéticamente atractivas y sobre todo con una funcionalidad que las convierte en una extensión más de nosotros mismos.
Una ventana al nuevo realismo
Según nos indica Samsung una pantalla de 75″, requiere un PPI mínimo de 50 para apreciar su contenido en alta definición. Es por ello que con el 4K alucinamos con su resolución de 3840×2160 a 59 PPI yendo aún más lejos gracias al 8K con una resolución cuatro veces superior de 7680×4320, a 117 PPI. Esto les brinda una imagen con colores más puros con una profundidad de detalles que les hace ver casi tridimensionales y por ende mucho más realista, a comparación de lo que encontramos en equipos de gama media y baja colores poco naturales al ser demasiado brillantes, demasiado oscuros, con negros más bien grisáceos. Es por ello que, desde su aparición, la tecnología Oled dominó rápidamente el mercado.
La simpleza de la tecnología Oled consistente en varias capas de carbono intercaladas por conductores que permite iluminar pixeles de manera individual consiguiendo altas cotas de nitidez, resolución e intensidad de los colores desde cualquier ángulo. Estas prestaciones incentivaron a la Nintendo lanzar su consola Nintendo Switch Oled la cual contará de una pantalla de 7′ con una resolución de 1920×1080 a 60 FPS, y mayor fluidez y respuesta gracias a su baja latencia. Sin embargo, el temido quemado de pixeles con las imágenes estáticas, es una brecha que otras tecnologías aprovecharon para ganar tiempo y buscar igualar o superar a Oled.
El led a su mínima expresión
Si el problema del Led es su tamaño en relación con los pixeles, reducirlos ha sido el paso lógico que nos trajo al MiniLed, con una mayor compresión en tamaño y densidad en los paneles de retroiluminación, se obtiene mayor control de las zonas iluminadas y fidelidad de imagen. Pero la carrera por la miniaturización parece no tener fin, por lo que la aparición del MicroLed supera con creces al MiniLed y al Oled al usar 3 leds por pixel.
Aunque pantallas como la TCL Smart TV de 75” está a unos relativamente accesibles 1699 dólares en Amazon, las pantallas Microled irían en el rango de las decenas de miles debido a la elevada dificultad de su fabricación, pero sería cuestión de tiempo para que estos costos se abaraten hasta ser más cercanos a nuestros presupuestos.
Como alternativa, las televisiones con paneles Dual-Cell son un sólido contendiente. Estas utilizan un panel monocromo con resolución Full HD para gestionar la luz en cada pixel, mientras que un segundo panel a color con tecnología Uled proveerá de una mayor resolución, fluidez de imagen y el mejor contraste. Desafortunadamente el sistema requiere un mayor consumo eléctrico y más calor, en consecuencia, acortando la vida útil de los componentes, si no se tiene una buena disipación del calor.
Escalabilidad y Funcionalidad
Por supuesto, se debe gozar de un buen contenido acorde para disfrutarlo en estas pantallas. Por lo que plataformas de streaming como Netflix y Amazon Prime serán las primeras en cobrar protagonismo entre los usuarios, especialmente cuando las redes 5G logren masificarse para transportar los pesadísimos contenidos en 4k y 8K progresivamente. Por ello, los fabricantes integran una poderosa IA para procesar el escalado a 8K desde resoluciones más bajas, siendo un proceso mucho mejor logrado cuanto más alta sea la fuente nativa.
Así mismo, conexiones en HDMI 2.1 nos permiten disfrutar de las gráficas en consolas Next Gen como la PS5, Xbox serie X y en PC de alta gama, quienes ya gozan de títulos en 4K, mientras estudios más prominentes como Rockstars finalmente anuncien las secuelas de sus mejores franquicias como GTA:VI, título del que sobran los rumores y especulaciones y, que seguramente sacará el máximo provecho a las capacidades de las consolas y pantallas 8K.
Por otro lado, las funciones de mirroring, una de las más apreciadas por los usuarios, permite replicar en pantalla el contenido de nuestros teléfonos móviles, apreciándose detalles que en la limitada superficie de nuestros teléfonos no se les hace justicia. Esto es bastante común en juegos como Hearthstone, un popular juego de cartas de duelo creado por Blizzard, cuyos textos y efectos en el campo de juego mejoran considerablemente al trasladarlos a estas pantallas. Incluso el clásico juego de blackjack del casino online Betway adquiere mayores cotas de realismo al apreciarlo en estas proporciones. Al trasladarse literalmente a la gran pantalla las partidas individuales o multijugador permiten ser disfrutadas con mayor comodidad haciendo de ellas una nueva experiencia.
Poder transmitir una experiencia inmersiva que llene las expectativas del público actual requiere de los equipos adecuados para gozar de ella. Es por ello que las televisiones y en particular la tecnología detrás de sus pantallas, están en una carrera de fondo por ver quien mejor logra ese cometido quedando de parte de los usuarios decidir al ganador según cuál de ellas se ajuste por completo a sus necesidades.