Mientras Oaxaca se viste de cempasúchil y memoria, Set Underground transforma la tradición en frecuencia. La Ruta de los Muertos no es solo una serie de conciertos, sino una ceremonia sónica donde el techno y el house dialogan con los ancestros. El beat electrónico se convierte aquí en un pulso colectivo, un latido que une a los vivos y a los muertos en un mismo espacio de celebración y duelo.
A lo largo de cuatro días, distintos recintos de la ciudad se transfiguran en altares donde la música opera como un vehículo de trascendencia. Desde las atmósferas hipnóticas de Kinky Rave Sessions hasta los crescendos poderosos de Henri Bergman, cada actuación es un eslabón en una cadena ritual. No se trata de evadir la realidad, sino de sumergirse en ella a través del éxtasis ordenado del ritmo.
En este contexto, la música electrónica revela su dimensión más profunda: no como simple entretenimiento, sino como un lenguaje capaz de expresar lo inefable. Set Underground no organiza fiestas; convoca a una comunidad alrededor del sonido, recordándonos que, en el silencio que sigue al último acorde, perdura el eco de lo que hemos sido y lo que, quizás, nunca dejaremos de ser.
