Arde Bogotá presenta el capítulo final de la historia de huida y confrontación que ha sido Cowboys de la A3.
Se trata de La Torre Picasso (Sony Music 2024), una historia arriesgada, narrada con los instrumentos, en la que Antonio, Dani, Pepe y Jota presentan la versión más pura y orgánica del sonido rock de Arde Bogotá, tocando en el local de ensayo de siempre, movidos por las historias que ocurren fuera de él, esta vez sin límite de tiempo, ni de composición.
La Torre Picasso es un rascacielos madrileño, proyectado por el arquitecto estadounidense de origen japonés Minoru Yamasaki, que en su momento fue el edificio más alto de Madrid y de España… Pero, y si la Torre Picasso se hubiera convertido en un monumento en conmemoración del estrés, de la vida adulta, de las obligaciones, de la corrupción y del futuro gris…. Con Carlos Raya en la producción, La Torre Picasso de Arde Bogotá cuenta a modo de fábula las fases de un duelo, la lucha para destruir ese símbolo y las dudas que deja el vacío que queda después del combate.
Porque parece evidente que conseguir la demolición de semejante edificio es extremadamente costoso. Organizar a toda la gente necesaria para derribar el monumento, desplazarla desde un extremo de la A3, proveerles del material necesario y llevar a cabo la propia demolición es una tarea titánica. De hecho, cabe plantearse si merece la pena. Si cambiaría algo. Porque realmente la importancia de un monumento no reside en el hormigón del que se forma, ni en sus componentes materiales, sino en la memoria del que lo invoca y en el corazón herido de quien lo observa. Quizás el camino más certero fuera construir en el interior de quienes no veíamos el sol por culpa de ese edificio, en lugar de derribarlo. Pero aun así lo derribamos. Y no sacamos demasiadas certezas. Apenas dos: volvimos a ver el sol y volvimos a unirnos.